Navidad en Israel: el bebé judío que cambió la historia del mundo

“Qué se celebra en Navidad? ¿El nacimiento de  Yeshu, cierto?” – preguntó un amigo israelí, mientras nos preparábamos para un evento corporativo, en pleno 25 de diciembre.

“Yeshua” – interrumpió la asistente de producción, cuchareando su café… Siguió una lista de preguntas sobre la cena de Navidad y los regalos, y el ambiente navideño en Londres y Nueva York.

Justo en medio de esta típica conversación navideña en Israel, sonó mi celular y una voz me dijo:

“¡Merry Christmas, habibti! (querida en árabe)… viste la foto que tomó Dina de la Navidad en casa?…. “

la felicitación navideña que menos me hubiera imaginado hace unos años.

“Pasar Navidad en Israel, la tierra que vio nacer a Jesús, debe ser toda una celebración” era mi pensamiento antes de pasar mi primera, segunda, tercera… y cuarta Navidad en Israel.

Y lo es en lugares como la ciudad vieja en Jerusalén, el centro de Haifa y Nazaret, la llamada capital árabe de Israel, por la mayoría de población árabe, 69% musulmana y 30% cristiana, o Belén, en Cisjordania (que no es recomendable visitar si como yo, además de pasaporte extranjero, tienes una identificación israelí).

Ya que en tierra santa las principales religiones son el judaismo (75%) y el islam (17%), para la mayoría de las personas, la Navidad pasa totalmente desapercibida.  Lo que llamamos en España y América latina “espíritu navideño” que inunda los corazones con “paz y buena voluntad” y que invade las tiendas con adornos desde el mes de noviembre, rebajas, santa claus, cenas, posadas y todo el marketing navideño, simplemente no existe en Israel.

Hay en algunas comunidades rusas y árabes en las principales ciudades venta anual de arbolitos y adornos navideños, y por supuesto celebraciones programadas en las municipalidades de Nazaret y Belén, así como en las iglesias de Jerusalén. Pero en las calles no se ve ni se “siente” la Navidad como en el mundo occidental.

En 2011 la población cristiana en la tierra de Jesús representaba únicamente el 2.1%, siendo Israel el ÚNICO país en el Medio Oriente en donde la población cristiana crece y en los últimos meses, se ha convertido en un santuario de refugio para cristianos que huyen de Iraq.

Sin embargo, dada la mezcla de símbolos paganos como el árbol de Navidad y Santa Claus, con el relato de los evangelios, y los cambios en los calendarios romanos, mezclando las celebraciones del solsticio de invierno con el nacimiento de Jesús, la Navidad ha resultado ser una amalgama de tradiciones paganas, opacado la historia central que celebra el nacimiento de Jesús de Nazaret.

Hoy, al igual que en el primer siglo en Belén, uno de los eventos que cambió la historia de la humanidad, pasa desapercibido para la gran mayoría. Tal y como lo relata la narración bíblica, sólo unos cuantos testigos, entre ellos los ángeles, pastores y los animales del establo, celebraron el nacimiento del salvador. Aún sabios de oriente viajaron grande distancia y preguntaron en Jerusalén

“¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle…” (Mateo 2:2)

Al igual que estos sabios de oriente, más de 70,000 peregrinos subieron a tierra santa este año a celebrar el nacimiento de Jesús y adorar su nombre, recordando que José y María pusieron al bebé en un pesebre, pues no había lugar para ellos en el mesón.

En este año en el que el cristianismo en todo el mundo ha sufrido persecusión y pérdidas de miles de vidas en África y Medio Oriente, les deseamos una Feliz Navidad desde Israel, deseando que los corazones sean como aquel pesebre de Belén, tal vez no el lugar más adecuado para el salvador,  sino el que está dispuesto a recibirlo.

 

 

 

 

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Photo By: Dina Telhami
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